Narrar es buscar •el error y la hendija: desbrozar lo que subyace en la realidad insuperable; celebrar la aparición de las grietas y limpiar los pequeños pasajes'-de las sombras; podar –incluso– las señales en su desmesura para aclimatar lo que se resiste a ser sólo verbalidad.
Todo esto, como a la caza de las grietas en una pared blanca, lo expresa Riolama Fernández eh esta su primera colección publicada de aventuras narrativas.

Y "desde el sillón", Riolama Fernández afina su oído, que a su vez es ojo capaz de filtrar el exterior a voluntad, para así vivir con los ecos traducidos de un mundo que se alterna entre ser muelle, parásito o árbol; ojo y oído capaces de ampliar los pulmones fuera de la esclavitud de lo exterior y lo inmediato en la ambición del texto por la claridad de una habitación vacía, de un estruendo mínimo, de una conversación en una esquina del silencio.
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